Historia destacada
La herrería como una danza entre la elegancia y la diversión
Antonino Sciortino (1962) da nueva vida al antiguo arte de la herrería. Esto tiene mucho que ver con su notable trayectoria. Sciortino creció en la forja de su hermano en Sicily, pero al mismo tiempo sentía una pasión por la danza. Después de una fructífera carrera como coreógrafo, ahora forja hierro con la danza moderna en mente. El resultado parece ligero, elegante e innovador.
La fascinante historia de Antonino Sciortino comienza en Sicily, más específicamente en el pintoresco pueblo de Bagheria, justo al este de Palermo, donde nace en una gran familia italiana de nueve hermanos. A la edad de ocho años, su hermano le enseña los trucos del arte de la forja del hierro en su taller. “Desde muy pequeño, el hierro para mí era lo que el papel y los crayones son para muchos otros niños”, explica Sciortino. “Jugaba con él.”
Pronto se hace evidente que el enérgico Antonino no solo siente pasión por el hierro, sino también por la danza. Así que el joven se inscribe en la escuela de baile de Palermo. Antonino parece tener un talento para el movimiento. Como bailarín y coreógrafo construye una gran carrera y alcanza el nivel más alto, contribuyendo a programas de televisión para grandes estrellas del pop latino como Ricky Martin y Julio Iglesias. Pero, desafortunadamente, la danza profesional conlleva una edad temprana de jubilación. Cuando Antonino cumple cuarenta años, decide despedirse de la danza y dedica su tiempo a su segunda pasión: el hierro. En 2003, se establece en Via Savona en Milán, una calle conocida por sus talleres de diseño, y comienza una segunda vida como herrero. Esto lo lleva de vuelta a su infancia.
No llames a Sciortino simplemente un herrero. En lugar de preservar las tradiciones del antiguo oficio, experimenta con la forma y la ligereza, buscando una manera de conectar la ligereza de la danza con el peso del hierro. Su búsqueda lo lleva al 'filo cotto'. La traducción literal es: hilo hervido. “El filo cotto se usa principalmente para atar barras de hierro en el taller”, cuenta Sciortino. “A menudo se desecha después. Yo lo recuperé y posteriormente lo doblé y soldé en formas imaginativas”. El filo cotto le permite transferir el movimiento que experimentó como bailarín al trabajo en hierro.
Hoy el nombre de Antonino Sciortino es sinónimo de trabajos en hierro con el equilibrio adecuado entre elegancia y diversión. Ya sea que produzca un mueble o una obra de arte, el movimiento y la joie de vivre nunca están lejos. “El hierro me ha acompañado toda la vida. He aprendido a usar su suavidad, explotar su fuerza y jugar con sus colores naturales.” Cada obra refleja el espíritu ecléctico del propio Sciortino, quien una y otra vez entrelaza ligereza y pesadez en un objeto artístico y deseable que baila mientras está quieto.